la vocecilla infantil que tararea desde detrás de la clase
y estas manos semi invisibles azuladas que se posan sobre las tuyas y cuando tiemblan
cuando cierras el puño
las acarician y a la vuelta descubren una perla con reflejos de plata
pienso que por dentro tengo una cocina con todos los muebles blancos y relucientes sin una sola mancha y la luz entra por la izquierda
julianne moore mirándose el labio en un espejo
cuando meto los dedos intentando abrirlo del todo y sacar el corazón metálico escucho en mi cabeza los gritos de las gaviotas y el suelo empieza a tambalearse como si un niño estuviera agitando la ciudad salpicándonos con agua del grifo y atando algas desde las repisas de las ventanas en los dientes de los caballos
poor you poor you / se te ensucia el vestido subida al columpio
siente las hormigas cómo muerden tan despacio entrando por detrás de la piel hacia una habitación nueva en la que alexander duerme y ve volar las motas de polvo hacia el techo arrastrando silencios y un poco de vergüenza tapado con un velo y unas manos antiguas que le presionan la sien
escucha Rubén escucha!
no tienes por qué estar triste
ni estar contento ni enfadado ni nada
no tienes por qué escribir todas las palabras del mundo
ni sentir todo lo que puede sentir una cabecita humana
te prometo que todo lo que necesitas ya está mucho más cerca de lo que imaginas
y que las cigarras y los conejos llevan mucho rato mirándote desde detrás de los árboles
haciendo marcas en el musgo naranja
y muy pronto saldrán y bailarán contigo por el camino
no sé si hacia casa o hacia alguna ermita o a un charco de barro tan profundo como un pozo
eso no importa
por la ventana cada mañana verás los tranvías y a la gente abrigada haciendo cola en los bares
tanto ruido
tanto vaho en las cristaleras
y dibujos con los dedos en la arena del parque
mi amigo de cáñamo se escapa por las noches hasta el trastero y allí amontona varios libros, se sienta y toca el piano haciendo equilibrios con una vela sobre la nariz
al salir del caparazón
tenemos los ojos tan abiertos
las pupilas tan rojas
y no entendemos nada
no entendemos nada
el pastor de tortugas llega
con un bastón y un silbato
y nos lleva de la mano
todas en fila hacia la ciudad
allí nos ponemos guapas
y nos metemos en cajas negras
me gustaría saber el nombre de todos los árboles
esos nombres llenos de jotas que se susurran unos a otros
cuando muy pronto va a ponerse a llover
o los que dicen arañando la ventana
o señalando al cielo con sus dedos arrugados
sosteniendo una cúpula que hace muchos años se marchitó y se convirtió en polvo
todavía me parece escuchar risas en las troneras
y me parece ver trapecistas colgando del espacio vacío
si tan sólo pudiera tocarlos y sentir su calor
tengo pies y tengo dedos
tengo todo lo que quiero
para huir de esta ciudad
y de la gente
que siempre mira al suelo
me montaré en un zepelín
y lo pintaré de rosa y negro
iré con él hasta el everest
y en mis sueños siempre habrá viento
parte dos no sé qué decir
he visto un ciervo con flores en los cuernos
y me llamaba como a su hijo
aunque nunca lo había visto
cuando se fue
me puse a llorar
cambié mi ropa y me teñí el pelo
quizás así
pueda volver
y vea sus ojos en el espejo
parte tres
no pensaba
que fuera a llegar tan lejos
estoy aquí
con las manos sucias
mirando las paredes del metro
a dónde ir
a dónde
si he bebido todo el agua del mar
a dónde volver
a dónde
no recuerdo dónde perdí mi cuerpo