no podrás volver a ser un espectador nunca más

en mis sueños y cuando meto la mano por debajo del armario todavía me parece escucharte cantar y aunque es solamente un murmullo como un grifo mal cerrado te prometo que lo visualizo enorme lleno de secuoyas con el viento viajando rápido y riendo hasta que lo atrapas y haces figuras de pájaros con los ojos hundidos y alambres en las plumas que se me clavan cuando los encuentro y dejo gotas de sangre en las baldosas como migas de pan que me llevan de vuelta a ti y a tu casa de chocolate y dátiles

la nube de ayer sobre Ricla parecía un calamar gigante bajando hasta la tierra