he vuelto a escribir desde que vi the pleasure of being robbed y vuelvo a sentirlo todo con muchísima fuerza y recojo todos los detalles y los momentos huecos del día para llenarlos con flores y zumos de frutas

espero no dejar de hacerlo nunca


algo cortito:

brillas tanto cuando arrastras las cortinas por la calle y te recoges en ellas para que ni la luna ni los clarinetistas puedan tocarte ni empujarte contra el suelo sin pintarse ardiendo en las manos el nombre de alicia con caminos de ceniza y témperas granates

domingo


he vuelto a Calatayud este finde y estoy andando por el camino hacia la nevera de anchís con los pies crujiendo a cada paso en las hojas y no recuerdo haber visto el bosque tan bonito, la luz me mira directamente desde lo alto de los riscos y lo pinta todo de blanco, atrapo recuerdos que juguetean entre las ramas y escucho a los niños corriendo, a sus padres diciéndoles dónde colocarse, peinandoles un poco más para las fotos de la comunión, llenandose los zapatos preciosos de barro y me quedo mirando una abeja de color tostado agarrada a un tallo de hierba, recogiendo perlas de rocío y cuando acaricio varios puñados verdes suaves y mojados siento que le tiro de los cabellos a algún náufrago gigantesco arrastrado desde las montañas por las aguas del Jalón, durmiendo todo el otoño y el invierno, y recuerdo también el repiqueteo en los troncos del pájaro carpintero que encontré la primera vez que pasé por el bosque, hace ya cerca de tres años, y todas las veces que he vuelto pensaba que quizás volvería a escucharlo y que me mostraría con orgullo su agujero amueblado y naranja, pero ahora que vuelvo a hundir los pies en las hojas llenas de manchas no puedo dejar de pensar que en realidad por muy lejos que me marche no voy a poder evitar convertirme en la misma persona que mi padre, y que las ramas desnudas de los álamos de Huermeda no van a arroparme para siempre


hacía por lo menos cuatro meses que no iba al cine y hoy he llegado diez minutos tarde, mi madre me ha dicho que a jael le hacía ilusión que yo también fuera y justo estaba volviendo por el camino lleno de álamos que tan bien conozco y tan adentro crecen y al pensar en el cine lleno de niños y en sentarme junto a mi padre he sentido una culpa enorme como una piedra atascada en el estómago y he tenido que sentarme apoyado en el último árbol del bosque y al quedarme mirando la montaña he empezado a llorar como no había hecho en el último mes y he pensado en lo que me dijo Tamar de lo necesario que es sacar y crear para que después no se escape de golpe y me he sentido mucho más indefenso de lo que me creía y he pensado en los rasguños que nos hacemos sin darnos cuenta y en el terror que en realidad me provoca todo lo que he conocido desde pequeño, y las paredes azules de mi cuarto y los azulejos de mi cocina y el roce de mis sabanas y la horrible presencia de mi padre, y lo mucho que me entristece pensar todo esto y la rabia que siento, y las ganas que tengo de dormir tirado en el césped en el campo de golf y abrazarme a todo lo nuevo y a toda la incertidumbre y a toda la gente que aún no conozco y que no puedo esperar a conocer


conduzco por el desvío después de la residencia de ancianos enorme y marrón, la carretera por la que tantas veces he pasado, siempre dando un rodeo, retrasando la llegada a casa y todo está más oscuro de lo que recuerdo, la luna es solamente una mancha blanca cortada por la mitad, pienso que es verdad lo que dijo ayer mi hermana de que según pasan las horas cada vez está más girada, como si diera vueltas en la cama por no poder dormir y a lo que encuentra su sitio ya es de día y no se ha dado cuenta, últimamente no suelo poner las luces largas porque las carreteras de Madrid están llenas de coches y me he equivocado y he quitado las cortas dos veces, por un segundo el aire se ha atascado en mi garganta como si parpadeara conscientemente en un sueño y lo viera todo más negro que el estómago de un cocodrilo, un sueño ácido en el que la carretera junto a la vía del AVE me envuelve y me lleva hasta una casa que muy en el fondo sé que no es mía y que nada de lo que hay en mi cuarto me pertenece, el último recuerdo real y propio agotando sus latidos es la piedra y las ventanas de la casa con forma de uve invertida en la bodega de Terrer y pienso que quizás viví allí hace cien años con otro cuerpo y el olor del polvo sobre los muebles me hace sentir mucho mejor


me da pánico volver a casa y siento que no voy a poder soportarlo y me acuerdo de las veces que me quedé solo varios días y la sensación tan desagradable que emanaba de las paredes y el miedo por las noches, y ahora me doy cuenta de que en Mejorada no me ha pasado lo mismo nunca y creo que lo que me aterra no es estar solo y no llego a entender qué es exactamente pero me hace pensar en el sofá de casa de los yayos y en las medallitas color cobre sobre su manta, también lo siento en la calefacción demasiado alta y un poco en aquella noche que pasé en casa de Alejandro, y cada vez que me abraza mi padre pienso que soy una persona horrible y que ahora que estoy lejos debería echar de menos todo lo que he sido y todo lo que he tenido pero en realidad no quiero porque siempre lo he detestado y si es así quién soy realmente? una bola de momentos repudiados, lugares y fotografías que no consigo discernir si me hacen feliz o me entristecen, un ejercicio de escapismo por carreteras secundarias que inevitablemente te devuelve a la misma casa, y todas las costras que acumulas se fundamentan en los mismos principios que te enferman, palabras palabras palabras que ya escribías en el instituto que en vez de poner orden a todo tu desastre creaban nuevas montañas de ideas que debías derribar con tus manos y no servían más idealismos y más momentos mágicos por la noche con los cascos en la peña porque eras tú quien estaba creando esta ciudad con luces naranjas y este bosque y tú dibujaste todos esos papeles que había en las casas de la central eléctrica y sabías que algún día los encontrarías con Marcos y se te pondría la vida patas abajo y todo esto que has construido te da un poder que te asusta y hace que te tiemblen los dedos cuando coges un pincel y aunque te encantaría derramarlo todo sabes que es imposible y que nada de lo que ves, nada de lo que abrazas tiene final




lunes


paso al lado de la última casa antes de la calle de las escalerillas de la Peña y veo que han puesto una puerta de garaje nueva y me viene a la mente la imagen hace muchos años de cuando íbamos al salón y junto a esa misma puerta se juntaban varios abuelos con sus sillas de plástico a las 7, 8 de la tarde y revivo sus rostros y sus arrugas que casi parecían maquillaje pero en el cuadro no hay ningún sonido solamente yo tarareando agarrado a la mano de mi padre


esta noche vuelvo a mirar la luna y parece el colmillo blanco de Fújur el dragón de la historia interminable y tengo un viaje de dos horas hasta Madrid, seguramente se me ocurran muchas palabras e intentaré darles vueltas hasta que se graben en las paredes de mi cuerpo por lo menos hasta que llegue a casa y me quite las deportivas y pueda recolectarlas una a una, maquilladas por los kilómetros y el viento, mucho más suaves, y creo que cenaré con Javi y Tamara cualquier cosa que tenga en la despensa y me acostaré sin miedo




martes


he ido a llevarle comida a adri y también le he prestado varios cds, el cielo volvía a estar precioso, super rosado e intenso, era la primera vez que me metía por el centro de Torrejón y cuando volvía el google maps me mandó por varias calles cortadas y direcciones prohibidas, a mí me hacía mucha gracia y me quedé mirando todos los edificios a medio hacer con sus doce, quince plantas y los parques para niños que parecían llevar ahí desde esa mañana y que al hacerse de noche unas tortugas se llevarían los toboganes hasta que volviera a salir el sol, además vi justo delante de mí un Honda jazz y me puse a reír porque me pareció tan ridículo ese nombre para un coche y después llegué a casa y corté varios bizcochos para llevarle a Néstor y fui a su puerta y le llamé por teléfono, estaba volviendo del trabajo y justo el autobús se saltó la parada en la que tenía que bajarse, más tarde volví a casa y al aparcar me di cuenta de que se me había fundido la luz de cruce izquierda


yo también he soñado con osos polares y con viajar en los bolsillos de la gente con mejillas manchadas y luces de colores en los ojos, aprender a conducir en una noche, aprender a diluirme, a tocar el violonchelo y a pintar al óleo, intercambiar cds con los chicos y las chicas que esperan el metro todos los domingos por la mañana y despertarme con los ojos muy abiertos, tocar el relieve de los cuadros, mirar a las estatuas hasta que se sonrojen y llevarte a casa aunque vivas en Boston o en la luna!!


sábado


estoy yendo a atocha en cercanías y he dado veinte vueltas por Torrejón para poder aparcar porque hay ferias de Navidad y han cortado muchas calles y ahora estoy escuchando stone in focus intentando recuperar algo la calma, pensando en una fábrica con las fraguas vacías y las luces apagadas, palpitando con ronquidos silenciosos, tengo recuerdos hechos una bola y recupero el momento en que he vuelto a casa y había una mujer tumbada en el sofá con una manta viendo un documental con antílopes y ha levantado la vista y tenía el pelo gris y eso es lo único que recuerdo de ella, su pelo grisáceo y largo, y después he subido arriba a ducharme, y antes he estado comiendo con el tío y el abuelo y he hablado con el tío sobre la Biblia y lo contento que me pone leerla y sentirme cerca de Dios, en varios momentos me han dado ganas de llorar porque pienso en lo bonito que sería poder ver a la abuela curada y alegre y al abuelo sin todas sus dudas, sin el ematoma en la mano, sin sentarse en la silla del comedor a frotarse la frente y con la vista perdida, y al estar ahí solo sin mis padres me he sentido mucho más unido a ellos que nunca y ese sofá desgastado no me ha oprimido el pecho como otras veces, me he dado cuenta de que cuando el abuelo no esté lloraré por él y también por la abuela, y sigo acordándome de cuando el tío me ha contado que algunos días el abuelo se despierta de la siesta preguntándole si le ha llamado y una vez se puso a repetir que había visto a Juli y que estaba con él en la habitación, y esta semana una noche se cayó de la cama porque solamente ocupa la mitad, será la costumbre, o serán otras cosas


domingo


ayer estuve en el concierto de ramper y de jai/egun que tocaba las cuerdas de la guitarra como si fueran fuegos artificiales y casi se me había olvidado la sensación de estar arropado por la multitud abrigada y brillante en la calle preciados y había tantas manos que se acercaban a mi cara con rosas y peluches de duendes y yo me abría paso escuchando your best american girl en los cascos y las venas y casi me como a una mujer con un cartel de lotería colgado a los hombros y luego en la wurli moviendo la cabeza con los ojos cerrados y los rasgueos de reina de farolas pensé en el mar y en lo triste que es no sentirlo todo por completo, y quise agarrarme a ese instante y hacerle trenzas con dedos temblorosos y caracolas de plástico y después cogimos un bus para volver a Torrejón y estaba lleno de gente y me fijé en los tik toks en los móviles de los que estaban sentados y en sus cabezas ladeadas y los sentí irreales como si por dentro estuvieran hechos de magdalenas y en mi cabeza no dejaba de sonar música maravillosa mientras me agarraba a la botella de agua y miraba a Adri tres personas más adelante y por las ventanas todos los hoteles y las casas se veían verdes como una nave alienígena dormida


ahora que sé que para ti de verdad se ha acabado siento como si todos los pájaros del mundo se hubieran echado a volar de golpe al mismo tiempo y no puedo dejar de dar vueltas al cuarto sintiendo los pies fríos sobre la madera, con los ojos demasiado secos y todas las palabras me parecen tan inútiles


miércoles


he estado escuchando el disco de la portada rosa de ichiko aoba volviendo a casa avanzando pooco a poco en el atasco de la M-203 y lo he sentido mucho más fuerte que nunca, los giros en Mars 2027 se sentían como conocer a alguien nuevo y fascinante o encontrar un rincón único y brillante en un bosque al que voy a refugiarme desde pequeño, y las nubes esta vez se veían naranjas con los edificios del world trade center como dedos torcidos incapaces de alcanzarlas, y también he visto por debajo a un avión y me ha hecho pensar en los dragones de la tierra media y me he acordado de cuando estaba cenando ayer y le dije a Jael por wasap que estaba comiendo costillas y llorando porque estaba muy contento y ahora entiendo que más que decírselo a ella en realidad me lo estaba confirmando a mí mismo, que esta vez eran unas lágrimas diferentes y que no quería por nada del mundo darlas por sentado


jueves


[...] al entender que quizás es así como tiene que ser he deseado poder meterme por unos minutos en la cabeza de Carmen y dibujar para siempre una fotografía de edificios antiguos en Coslada y niños merendando con los mofletes redondos y he odiado la muerte muchísimo


antes he estado tocando la tierra de mi planta y una polilla enorme que estaba escondida entre los tallos ha echado a volar y me ha pegado un buen susto, ha tropezado hacia el suelo y ahí la he pisado y la he tirado a la papelera, imagino que por eso se le estaban cayendo algunas hojas aunque estuvieran verdes, además hoy había una silla de plástico tirada en la m-203 y los coches tenían que esquivarla y en la colina se ha formado una fila larguísima porque un coche negro iba a treinta por hora, el cielo estaba lleno de manchas de colores y las nubes parecían personas bailando dando vueltas en un corro


viernes


hoy cuando volvía a mejorada subiendo la colina me he fijado en toda la luz que escupe Madrid hacia el cielo como si una estrella estuviera enterrada justo en el centro de España y nos hubiéramos pegado los últimos quinientos años desenterrandola para señalar con dedos orgullosos al espacio vacío y que siempre sea de día y no dejar dormir a los ángeles, también he mirado las nubes y me han parecido fragmentos de un jarrón roto, el que me regaló Elisa antes de irse y hace dos semanas tiró mi gata desde la estantería y parecía que alguien les había prendido fuego porque se veían súper naranjas y me puse a pensar en los componentes químicos de las nubes y en qué haría falta para poder quemar una y cómo se vería el cielo después, con esqueletos de hielo agarrándose a duras penas a su techo y cayendo sobre los coches como escarcha negra


domingo


estoy comiendo en el burger king de gran vía y miro a la gente y cuando me devuelven la mirada redirijo la vista hacia otro lado pero no pasa casi nunca y me pregunto si a la gente también le gusta mirar furtivamente a los demás desconocidos como si fuera un juego y pienso que nunca sabré a cuántas personas distintas he visto a lo largo de mi vida y si quizás el hombre barbudo de enfrente o el del polo blanco de la izquierda ya se han cruzado conmigo en otro momento y en otro sitio y pienso en como sería tener una memoria perfecta y reconocer a todas las personas y en lo poco que me gustaría y que prefiero mirarlos a todos y a sus dientes y bocas masticando como si no los hubiera visto nunca y nunca fuera a volver a verlos y así nuestro juego de miradas existe en un jardín distinto y nuestros ojos cuelgan como cuadros


ha estado lloviendo esta mañana y he ido a la Fnac y no esperaba encontrarme un vinilo de alex g y menos en el apartado de música electrónica y después cuando ya iba a irme he encontrado el Mangekyo de Yoshiko sai y he vuelto a entrar en su portada y me ha crecido césped en las orejas y he recordado las noches largas escuchando discos en el mp3 medio roto, de doji morita, maki asakawa, virtual dream plaza y el rostro serio de yoshiko y las marcas en sus mejillas se me han agarrado a la garganta como las patas frías de un cuervo y he pensado en lo trágicas que siempre me parecieron las cantantes japonesas de folk y enka con sus voces de mármol y sus letras de agua que nunca entendí pero que erosionaban mi cama hasta darle forma de acantilado y cuando conseguía dormirme sentía que mis ojos seguían abiertos